Cuando nos enfrentamos a la hoja el día del concurso se nos entrecruzan muchas emociones; muchas veces éstas nos juegan en contra, pero también nos pueden servir como cartas a favor. El objetivo de estas líneas es ayudarte en el proceso de desarrollar un tema exitoso el día del concurso. Este proceso comienza mucho antes; comienza cuando nos plantamos frente al tema para abordarlo; desde aquí debemos tener ciertas cosas bien en claro.
1 - “Aquí vine a aprender”
No sirve de mucho memorizar, los nervios te pueden traicionar y mucho, quedarse en blanco puede significar un uno en una prueba y eso destroza las posibilidades de calificar para efectividad. Por otra parte (seamos sinceros) muchos colegas deciden copiar; así arriesgan no sólo ese concurso, sino su reputación como docentes, además de la situación inequitativa que se genera con sus colegas, ya que de este concurso depende el trabajo de todos. Además, a no ser que seas muy descarado o muy habilidoso, si copias es probable que te pongas tenso, lo que te generará dependencia del “trencito” o “machete”, y reducirás las posibilidades de recordar lo que estudiaste.
La solución pasa por aprender de verdad. Lo mismo que pretendemos hacer con los niños día a día es lo que debemos hacer con nosotros mismos en esta oportunidad: crearnos un conflicto cognitivo, para a partir de él establecer un nuevo andamiaje. La diferencia es que somos adultos y podemos apuntar al autoaprendizaje con una mayor perspectiva de éxito.
2 - “Un tema no es un cuento”
Por todo lo anterior, los temas no deben leerse como quien lee una novela. LOS TEMAS SON TEXTOS ARGUMENTATIVOS / EXPLICATIVOS, y por lo tanto deben tomarse como tales. Tienen una tesis, una idea medular que defienden, y lo que rodea al core, al núcleo textual, es INFORMACIÓN. También, entonces, tienen algo de informativos. Esto no debería sorprender a nadie, ya que es sabido que no existen textos puros. Podemos incluso encontrar tramas descriptivas y narrativas, lo que no significa que el texto lo sea. PODER JUGAR CON LOS RECURSOS PROPIOS DE CADA TIPOLOGÍA ES ENRIQUECER EL TEMA QUE ESTAMOS ESCRIBIENDO. Esto nos enlaza directamente con el tercer punto clave.
3 - “Mi tema es único”
Para el tribunal se vuelve tediosísimo leer lo mismo trabajo tras trabajo; por lo tanto hay que ser original. ¿Cómo se puede ser original en un tema?, te estás preguntando. Es evidente que nos encontramos limitados a la propuesta, no podemos irnos de tema, lo que es contraproducente. Entonces la solución pasa por darle un ENFOQUE INTEGRAL. El tema necesita una columna vertebral, un núcleo que lo organice. No puede ser “todo lo que me salga” desperdigado por la hoja. Para esto, la clave sigue siendo la misma.
CONOCE LO QUE ESTÁS ESCRIBIENDO
Si eres un docente recién recibido, manejas las teorías con frescura; si eres un docente con experiencia, cuentas con una sabiduría de años de ejercicio de la profesión. Aprovecha tu situación para relacionar lo que tienes que escribir con lo que sabes. De todos los temas que hay sabes algo, sólo debes encontrarlo en tus reflexiones o en tu práctica y vincularlo al tema que debes estudiar, viendo las opiniones de autores consagrados en la materia.
Lo que NO SE PUEDE es ir a escribir lo que no se sabe; ni hacer lo opuesto, escribir de memoria lo que otro dijo. Ninguno de los extremos son buenos (como las antinomias educativas). Todo se basa en el equilibrio.
Por lo tanto, la clave es sencilla: Estudia, prepárate bien, no aprendas de memoria lo que otro ha pensado por ti. Utiliza temas bien armados que te permitan comprender lo que tienes que escribir.
SI NO ENTIENDES DEL TODO
LO QUE ESTÁS ESCRIBIENDO,
¿CÓMO PRETENDES TENER ÉXITO?
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